La samaritana
Buenos días mis queridos estudiantes, el día de hoy vamos a escuchar sobre una mujer que conoció y aprendió de Jesús algo muy significativo: la samaritana.
Por esta razón, este pasaje bíblico nos muestra la humanidad del Señor Jesús, pero también el interés que tenía por las almas. Sin importar la raza, posición social o los pecados que había cometido, El Señor mostró interés por esta mujer, explicándole por medio de una parábola que él podía darle esa agua espiritual que saciaría la sed de su alma.
❤ Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. (Juan 4:13-14).
Por tanto, de la misma manera que el cuerpo nos pide beber agua cuando tenemos sed, el alma también necesita saciar la sed espiritual. Pero cuando esto ocurre, generalmente el ser humano busca saciar esta sed en cosas equivocadas. Algunos lo hacen con placer sexual, otros lo buscan en el dinero, el alcohol, las drogas o incluso en otras personas.
En conclusión, la gran enseñanza que nos deja esta palabra, es que Dios es lo único que puede saciar nuestra vida y nuestra alma. No existe nada en esta tierra que pueda hacer feliz al hombre, sino la presencia de Dios en su vida.
Nos vemos en el próximo encuentro con Jesús
Dios los bendiga